Ya tenemos las copas y el Champaigne...dale a la música y podremos brindar por todos los momentos que nos sentimos parte de uno mismo y parte de otro, al mismo tiempo.
El reloj marca los recuerdos, hace que tengamos una razón para poder enmarcarlos y etiquetarlos a base de años, días, horas, minutos...e incluso segundos.
Son años de vida que pasé a tu lado, tu presencia me enseñó los más bello de la vida que es...vivirla. Aunque sentada en un sillón viendo el tiempo pasar... no fue la mejor lección. Me tendré que sentir orgullosa que en vida supe darte todo de mí...y nunca me pesó no salir, por quedarme cuidándote. Las horas se me hicieron eternas cuando me dijeron que te ibas y no tuve minutos en tus ojos para poderme despedir de tí, como me hubiera gustado. Pero que sepas...que donde quiera que estés...habrá segundos en la vida que disfrute recordándote.
Por ahora caen lágrimas...pero sé que en un futuro podré sonreír.
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